Como ya hicimos el año pasado hemos ido a recoger unas ortigas silvestres a un campo cercano al huerto donde ya habían ortigas en años anteriores. Normalmente la ortiga se propaga sin problemas en campos con buenas tierras y si han llegado allí sus semillas se quedarán por mucho tiempo a no ser que se labre la tierra y el campesino tenga que prescindir de ellas.
Como podéis ver hay ortigas de sobra para hacer una buena cantidad de purin, que es el motivo por el cual vamos a recolectar esta planta.
Para ello no olvidéis llevar unos buenos guantes y evitar ese molesto escozor que produce el contacto de la piel con la ortiga.
Hemos recolectado aproximadamente un par de kilos de ortigas en este capazo. Hemos tirado de ellas directamente de la tierra y a veces las hemos arrancado de raíz, también es posible llevar una tijeras e ir cortando los tallos sin necesidad de arrancarlas.
Hemos retirado las partes de la raíz que están llenas de tierra y alguna variedades de otras plantas que se nos han colado conforme íbamos arrancando las ortigas.
Una vez retirados los restos que no deseamos introducimos las ortigas en un recipiente amplio, en nuestro caso creo recordar haber colocado las ortigas y alrededor de 16 17 litros de agua.
El agua no debe de ser clorada para que no mate a las bacterias encargadas de la fermentación. Si lo hacemos con agua del grifo que contiene cloro debemos colocar el recipiente con agua al aire libre durante unos días para que el cloro desaparezca.
Hay quien solo utiliza las hojas para la elaboración del purin. Nosotros el año pasado ya lo hicimos así, con los tallos incluidos y salió muy bien, además los tallos desaparecen si alargamos la fermentación durante unos días más.
Una vez colocadas las ortigas llenamos de agua y dejamos reposar, removiendo todos los días si es posible, en un lugar que no le de el sol directamente. Nosotros tapamos el recipiente con su tapadera pero dejando un pequeño hueco para que entre aire.
Pasados unos días, entre 7/8 en este caso, todo dependerá de la temperatura ambiente y de lo fermentado que lo queramos, como explicamos en este ARTICULO sobre el caldo de ortigas en el BLOGdelaELENA.
Una vez lo vayamos a envasar, retiramos los restos vegetales más grandes, como restos de tallos que todavía no se han deshecho, o bien con las manos o con algunas pinzas o tenazas. El resto de caldo lo tendremos que filtrar y colar para poder utilizarlo en pulverizadores y estos no se obstruyan con posibles restos de ortigas.
Para el filtrado podemos ayudarnos de alguna tela vieja que sea permeable. La colocamos encima de un cubo y la sujetamos con alambre o cuerda alrededor para que no se caiga cuando aboquemos el caldo encima de ella.
También podemos utilizar el típico colador de cocina para pasar el caldo y filtrar los restos.
Una vez filtrado solo queda envasarlo en los envases de plástico y reservarlo en lugar fresco y seco donde no le dé el sol de forma directa. Bien conservado puede durar varios mese antes de ser utilizado.
Yo lo he envasado ahora en diciembre y posiblemente no lo utilice hasta el mes de marzo.
En esta imagen se puede apreciar la labor del colador a la hora de filtrar los restos de ortiga. Estos restos van a ir a a para a la pila de compost.
Pues bueno, ya tenemos envasado el purin de ortigas. Dos garrafas de 8 litros cada una.
Todo depende de las necesidades de cada uno y de lo grande que sea el huerto de cada uno, pero con esta cantidad de caldo, como se utiliza mezclado con agua, puede haber suficiente para un huerto casero familiar.
Hasta pronto. Gracias.
A continuación podéis ver el video sobre la elaboración del purin de ortigas que hicimos el año pasado...
Ortiga (Urtica dioica) |
Para ello no olvidéis llevar unos buenos guantes y evitar ese molesto escozor que produce el contacto de la piel con la ortiga.
Ortigas silvestres. |
Ortigas silvestres. |
Ortigas recolectadas. |
Restos de ortigas |
El agua no debe de ser clorada para que no mate a las bacterias encargadas de la fermentación. Si lo hacemos con agua del grifo que contiene cloro debemos colocar el recipiente con agua al aire libre durante unos días para que el cloro desaparezca.
Hay quien solo utiliza las hojas para la elaboración del purin. Nosotros el año pasado ya lo hicimos así, con los tallos incluidos y salió muy bien, además los tallos desaparecen si alargamos la fermentación durante unos días más.
Una vez colocadas las ortigas llenamos de agua y dejamos reposar, removiendo todos los días si es posible, en un lugar que no le de el sol directamente. Nosotros tapamos el recipiente con su tapadera pero dejando un pequeño hueco para que entre aire.
Remover el caldo todos los días si es posible. |
Una vez lo vayamos a envasar, retiramos los restos vegetales más grandes, como restos de tallos que todavía no se han deshecho, o bien con las manos o con algunas pinzas o tenazas. El resto de caldo lo tendremos que filtrar y colar para poder utilizarlo en pulverizadores y estos no se obstruyan con posibles restos de ortigas.
Restos de tallos de ortiga |
Camiseta vieja para el filtrado del caldo. |
Purín de ortigas fermentado. |
Una vez filtrado solo queda envasarlo en los envases de plástico y reservarlo en lugar fresco y seco donde no le dé el sol de forma directa. Bien conservado puede durar varios mese antes de ser utilizado.
Yo lo he envasado ahora en diciembre y posiblemente no lo utilice hasta el mes de marzo.
En esta imagen se puede apreciar la labor del colador a la hora de filtrar los restos de ortiga. Estos restos van a ir a a para a la pila de compost.
Pues bueno, ya tenemos envasado el purin de ortigas. Dos garrafas de 8 litros cada una.
Todo depende de las necesidades de cada uno y de lo grande que sea el huerto de cada uno, pero con esta cantidad de caldo, como se utiliza mezclado con agua, puede haber suficiente para un huerto casero familiar.
Hasta pronto. Gracias.
Purin de ortigas envasado. Total 16 L. |
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